La banda terrorista ETA ha asesinado hoy en Arrigorriaga (Vizcaya) a D. Eduardo Antonio Puelles García, inspector de policía de Bilbao. Ante este nuevo acto de barbarie, la Conferencia Episcopal Española (CEE) reitera su firme condena del terrorismo, recuerda que es perverso en sí mismo y que no admite ninguna justificación.
La Conferencia Episcopal Española ha declarado que “el terrorismo persigue la extensión del terror para producir una situación de debilidad del orden político legítimo, que le permita imponer sus criterios por la fuerza, a costa del atropello de los derechos humanos más elementales, como son el derecho a la vida y a la libertad. Este fin no podrá ser compartido jamás”. Como señalan los obispos, “no se puede ser neutral ante el terrorismo. Querer serlo resulta un modo de aceptación del mismo y un escándalo público. La necesidad moral de las condenas no se mide por su efectividad a corto ni largo plazo, sino por la obligación moral de conservar la propia dignidad personal y la de una sociedad agredida y humillada” (Instrucción Pastoral “Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias”, Asamblea Plenaria de la CEE, noviembre de 2002).
Los miembros de la CEE quieren expresar su agradecimiento a todas aquellas personas que, como la víctima de este atentado, trabajan en la lucha antiterrorista dentro de los cuerpos de las Fuerzas y Seguridad del Estado y persiguen, con medios legítimos, la desactivación de la banda terrorista ETA, al servicio de la convivencia en justicia y libertad.
Asimismo, la CEE quiere hacer llegar a la familia del policía asesinado su cercanía y más sincera condolencia, al tiempo que encomiendan al Señor de la Vida el eterno descanso de D. Eduardo Antonio Puelles García y piden a la comunidad católica que se una al sufrimiento de las víctimas con gestos de proximidad y afecto y, en particular, con la oración.
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